viernes, 27 de febrero de 2009

_ _ _ _ Abstracto

Posted in by HACEDORA DE MILAGROS | Edit
Había viajado, viajado demasiado, visto demasiado.

Antar llegó con los pies destrozados, llenos de sangre y con los ojos vacíos. Hacía tiempo que no volvía a ese lugar, ya no recordaba su aroma, ni el fresco verdor del pasto, ni los imponentes monumentos, ni aquellos besos que los enamorados dejan caer a montones, lo único que tenía era la soledad del anciano que distraído, al igual que ella, llegó y se sentó apesadumbradamente en una de las bancas de aquel lejano lugar.

Ella contempló, era de noche, el atardecer desapareció, ella no tuvo tiempo de verlo, en ese entonces todavía caminaba, solo tenía como música el arrullo de las arrogantes voces de las arrogantes personas con las que se topaba en su andar.

En el fondo de su ser sabía que el único atardecer que recordaba su existir fue aquel que ocurrió en ese mismo parque por aquellas mismas fechas de hacia un año; los demás soles, las demás lunas no contaban, solo un sol y una luna fueron testigos de que ella alguna vez existió.

- ¿Por qué te haces esto?- se preguntó.

El anciano observaba, el si tenía ojos, el también había viajado y sin embargo, no estaba cansado de hacerlo.

- ¿Por qué te lastimas?

La muchacha volteó la cara al cielo. De aspecto distante, oscuro y temible, esa noche no hubo estrellas.

- Aun pienso, aun siento

La luna aparecía de vez en cuando, una débil nube la protegía de las miradas raras que lanzan los humanos. La luna acompañaba a Antar, la luna desaparecía con Antar.


-¡Fuga!, ¡Vamonos!
-¡Ya hace hambre!- se escucha a lo lejos.
Figuras desconocidas (personas, quizás) entran y salen del campo de percepción de la muchacha.

El viento se hace uno con Antar, ella recibe el único abrazo que le han regalado en horas, tal vez días.


El viejo se levanta de su asiento, toma el bastón y se marcha, solo fue un descanso en su largo viaje.

-He observado, he visto mucho, estoy harta de lo que vi. Me he visto.


Hace un año, hace un año...

La muchacha patea una arrumbada botella de plástico, con la poca agua que quedaba dentro de ella, creó una tempestad.

Silencio.

Ahora, solo se escucha el latir de los corazones de aquellas figuras borrosas.
Antar, sentada en la banca se retuerce, el latir de los corazones no se disuelve, al contrario, se fortalece.

Antar temerosa, posa las manos en la cabeza, poco a poco estas bajan, por instinto se aferran a sus orejas.

Las arrancó.

Jamás volvió a escuchar.

Cegada, sorda y sin poder caminar, Antar prosiguió sentada, sin más.

La gente entraba y salía, reía, gritaba pero eso ya no le molestaba a Antar, ya no escuchaba nada, ni así misma.

Fue entonces cuando se dio cuenta, fue entonces cuando el cálido viento de noviembre se convirtió en aire gélido.

La noche transcurrió.

Antar sabia que todavía quedaban personas en el parque, porque todavía sentía, algunas veces sentía la preocupación, la incertidumbre o la tristeza pero también, en alguna de esas figuras sentía el amor, la amistad, la bondad, la esperanza.
Antar comenzaba a aborrecer que aun pudiera sentir.

Tiempo, tiempo...

En esa misma banca, algún tiempo atrás, Antar amó sentir, amaba cuando el respiraba con ella porque así sabia que no iba sola, amaba ver su extraña figura, amaba escuchar las palabras sin sentido que el decía, amaba que la boca de el estuviera tan cercana a la suya y amaba que muchas veces se olvidara donde empezaba la extensión de uno y del otro.

Abrió la boca, con las filosas manos se arrancó la lengua, cosió sus labios con uno de sus largos cabellos.

Jamás volvió hablar.

Alzó los brazos al cielo y llegó muy alto, tomó la luna porque era la misma que había estado cuando ella y el estaban, la única testigo que quedaba.

Antar la tomó y de manera furiosa la arrojó, Antar no podía ver, hablar, oír, no podía caminar pero todavía podía sentir.

Sintió la luna y supo donde estaba, la arrojó al mar porque aun sentía al mar.

La gente no la tomó en cuenta, nunca lo hacían, nadie le prestó atención; para ellos, para las figuras que deambulaban en el parque, era solo una muchacha, casi una niña, la que estaba sentada en la banca, con la vista perdida y nada mas.

-y me voy y dejo todo, y te conviertes en una bruma, solo tengo pedazos de recuerdos… de nuestros recuerdos.

Antar, aun con las manos extendidas, permaneció un rato, avanzaba la noche.
Silencio.

Algunos instantes, algunos recuerdos lograron salir y flotaron en el mar.

Vagamente se acuerda de la cara de el, vagamente recuerda su sonrisa, eso le duele. Ella nunca aprendió a reír.


Silencio.

Súbitamente, sus brazos cayeron, ya no buscaban al cielo, sus brazos buscaron sus piernas, sangre.
Se acurrucó como la niña pequeña que era.

Lloró.

La noche densa le daba la despedida.

Jamás volvió a existir.



FIN

1 CoMentarioZ_ _ _ _ Abstracto


  1. Anónimo

    kiovo mi chava ke onda espero que ahora si salga publicado mi comentario,y pues felicitarte que te hayas animado a hacer este foro donde expreses tus ideas, tu sentir, me parece perfecto que compartas esto con nosotros y veamos que te tenemos un talento que antes era anonimo :D, bueno espero seguir opinando más adelante y me parece bello todo lo que pones loquilla ya sabes estoy para servirte escucharte y tienes un amigocho :D
    Paz y amor

    27 de febrero de 2009, 22:19